Medvedeva responde a la pregunta provocadora de un Canadiense
En la conferencia de prensa despues del programa corto de damas por equipo, Medvedeva respondio las preguntas provocadoras de un reportero, con el afan de hacerla romper las reglas que el COI impuso a los atletas de Rusia
- Te convertiste en uno de esos atletas que obtuvieron el privilegio para actuar en estos Juegos. ¿Estás orgullosa de este derecho, reconocimiento del COI? - Preguntó un reportero de Canada a Medvedeva Y debe tenerse en cuenta, él no se burló en absoluto. En Occidente, el hecho de la actuación de nuestros atletas en los Juegos de Pyeongchang se percibe como tal, como un privilegio, prácticamente un regalo del COI. Hace dos meses parecía que los rusos no estarían aquí, en ningún estado. Medvedeva, severamente, pensativamente y eligiendo las palabras, respondió en magnífico inglés:
- Estoy orgulloso de mi patria, mi familia, mis allegados. Pero soy una persona de la que no puedo estar orgullosa. Hago lo mejor que puedo en cada momento. El resto no esta en mi juzgar.
- ¿Por qué fuiste entonces al comité ejecutivo del COI en Lausana e incluso hablaste allí en favor de los atletas? - insistió el canadiense.
- Estoy acostumbrada a hacer todo lo que esté en mi poder en cualquier circunstancia. Pensé que en ese momento mi viaje podría beneficiar a los atletas de Rusia. La frialdad de Zhenya en estas circunstancias sería envidiada por diplomáticos con más experiencia que la edad la joven patinadora artística. Es sorprendente cómo una niña de 18 años que llegó a sus primeras Olimpiadas puede ser tan calmada y sabia como para recibir una pregunta provocadora y saber responderla.
En sus respuestas, Medvedeva no cometió un solo error, no ofendió a nadie, no violó las reglas prescritas para ella por un milímetro. Y Medvedeva toma las reglas muy en serio. No hay duda de que las evaluaciones como "mala y desagradable" de sus labios en Pyeongchang nunca sonarán. Otro temperamento, un estilo diferente. En la chaqueta de entrenamiento Zhenya, el nombre del país está cuidadosamente sellado con una cinta oscura.
"Todavía no me han contactado con los controles, pero estoy muy atenta a esto, para no decepcionar al equipo", dijo Medvedeva sobre lo difícil que es ocultar los simbolos de su ropa de entrenamiento.
El patinador de parejas Alexander Enbert decidió, a diferencia de Medvedeva, no entrar en la diplomacia. En una pregunta similar, él simplemente respondió: "No quiero hablar de eso".
- Te convertiste en uno de esos atletas que obtuvieron el privilegio para actuar en estos Juegos. ¿Estás orgullosa de este derecho, reconocimiento del COI? - Preguntó un reportero de Canada a Medvedeva Y debe tenerse en cuenta, él no se burló en absoluto. En Occidente, el hecho de la actuación de nuestros atletas en los Juegos de Pyeongchang se percibe como tal, como un privilegio, prácticamente un regalo del COI. Hace dos meses parecía que los rusos no estarían aquí, en ningún estado. Medvedeva, severamente, pensativamente y eligiendo las palabras, respondió en magnífico inglés:
- Estoy orgulloso de mi patria, mi familia, mis allegados. Pero soy una persona de la que no puedo estar orgullosa. Hago lo mejor que puedo en cada momento. El resto no esta en mi juzgar.
- ¿Por qué fuiste entonces al comité ejecutivo del COI en Lausana e incluso hablaste allí en favor de los atletas? - insistió el canadiense.
- Estoy acostumbrada a hacer todo lo que esté en mi poder en cualquier circunstancia. Pensé que en ese momento mi viaje podría beneficiar a los atletas de Rusia. La frialdad de Zhenya en estas circunstancias sería envidiada por diplomáticos con más experiencia que la edad la joven patinadora artística. Es sorprendente cómo una niña de 18 años que llegó a sus primeras Olimpiadas puede ser tan calmada y sabia como para recibir una pregunta provocadora y saber responderla.
En sus respuestas, Medvedeva no cometió un solo error, no ofendió a nadie, no violó las reglas prescritas para ella por un milímetro. Y Medvedeva toma las reglas muy en serio. No hay duda de que las evaluaciones como "mala y desagradable" de sus labios en Pyeongchang nunca sonarán. Otro temperamento, un estilo diferente. En la chaqueta de entrenamiento Zhenya, el nombre del país está cuidadosamente sellado con una cinta oscura.
"Todavía no me han contactado con los controles, pero estoy muy atenta a esto, para no decepcionar al equipo", dijo Medvedeva sobre lo difícil que es ocultar los simbolos de su ropa de entrenamiento.
El patinador de parejas Alexander Enbert decidió, a diferencia de Medvedeva, no entrar en la diplomacia. En una pregunta similar, él simplemente respondió: "No quiero hablar de eso".
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